Fiesta de cierre del Taller de escritura creativa realizado en el Centro Cultural Lamultiforme de Munro


El martes 20 de diciembre, último y caluroso día de primavera, se realizó la fiesta de cierre del taller de escritura creativa realizado en Lamultiforme. Estuvieron presentes las chicas participantes, Sasha, Berenice y Zoe, los padres y otros familiares de las mismas, Luisa (que no está en las fotos porque fue la fotógrafa oficial)y, naturalmente, yo.
Se realizó la entrega del libro "Cuentos a la carga", que reúne las producciones realizadas durante el año. La tapa del mismo es de mi hija Evelyn (Ver el enlace "Art on tiles").
Las chicas leyeron uno de sus cuentos(Están en las 3 entradas siguientes), charlamos, comimos cosas ricas y recibimos regalos.

¡Felices fiestas y hasta el año que viene!


Un cuento de Sasha


Las aventuras de Lara

Había una vez una chica llamada Lara que siempre quiso ser hada. En sus sueños, las hadas ganaban, pero… sólo en sus sueños. También apareciá su hermano Alex, que era muy malo con ella y siempre quería ganar.
Nadie en su familia creía en las hadas, menos una de sus abuelas porque, de chica, había tenido una experiencia muy linda. Siempre le contaba historias.
Un día, los padres y Alex tuvieron que dejar a Lara con su abuela preferida. Lara le pidió que hiciera fideos de cenar y eso era justo lo que faltaba en la casa. Se fueron a comprarlos. Era de noche, estaba oscuro y no se veía nada. De repente, vieron una luz. ¡Era un hada!
Dijo que se llamaba Florencia. Después les mostró a sus amigas, Jazmín y Roc. Las hadas les enseñaron a levantar cosas sin tocarlas y muchas cosas más. Pero pronto se tuvieron que ir.
Cuando los padres y Alex llegaron, la abuela empezó a decir:
-¡Hadas, hadas! ¡Nos enseñaron a hacer magia!
Lara miró a la abuela y dijo sarcásticamente:
- Seguramente soñó- y se fue a escribir su diario.
Sasha

Un cuento de Berenice


Julieta y un cuento de sirenas

Un día una chica llamada Julieta iba a ir a Brasil en barco con sus padres. La niña tenía muchas ganas de ir, no solamente por la emoción de viajar en barco, sino también porque tal vez pudiera llegar a ver una sirena. Ya se lo imaginaba: ella nadando con una mujer mitad pez.
Cuando estaba subiendo al barco, vio una chica en silla de ruedas con una pollera que le tapaba hasta los pies.
“Debe ser una sirena, si no ¿por qué se tapa todo? Tampoco es muy vieja, sólo debe tener unos veinte años”, pensó Julieta. Luego notó que de su pollera caían gotitas de agua…
-Disculpe, se mojó su pollera- dijo un hombre que se acercaba por detrás.
- No es nada, no es nada- dijo ella tratando de disimular.
“¿Por qué será?, se preguntó la niña. “Tal vez quiere ocultar su cola de sirena; es la única explicación.”
Julieta ya estaba entrando a su camarote con sus padres cuando vio que la chica entraba al suyo y agarraba rápidamente una toalla.
Unas horas más tarde, cuando el barco ya estaba navegando por el océano, Julieta estaba como ausente.
- ¿Qué te pasa, Juli?- preguntó su mamá.
-¿Qué?...Nada…-se sobresaltó- ¿Puedo salir? Me siento un poco mareada.
- Bueno, pero quedate en el pasillo- dijo su papá.
Salió y miró por la cerradura de la puerta del camarote de la chica. No había nadie, sólo la silla de ruedas, un par de toallas tiradas …¡y la ventanita abierta!
“Seguro que salió a nadar en el océano”, pensó Julieta.
Siguió mirando, estaba muy ansiosa. De pronto vio que unas manos extrañas se asomaban por el ojo de buey y se agarraban a la pared; luego apareció la cara de la chica y un cuerpo verdoso con algunas escamas …Entonces sintió una mano en su hombro.
¿Qué hace espiando? -Un hombre de seguridad la había visto- Vuelva a su habitación. Además, en este camarote no hay nadie.
-Sí, perdón- dijo Julieta, pero pensó: “¿Cómo no va a haber nadie si todos la vimos entrar?
Volvió a su habitación.
- Mamá, ¿crees en sirenas?
- Mmm…no sé, más o menos.¿Por qué?
- Por nada.
Cuando se hizo de noche, Julieta salió en puntas de pie. Miró por la cerradura y no vio nada, salvo la ventanita abierta. Salió corriendo por el pasillo y subió a la cubierta del barco. Entonces vio una cola de sirena y muchas que iban detrás surcando las aguas del océano.

Un cuento de Zoe


La nueva vida de Hansel y Gretel

Hace no mucho tiempo dos hermanos, Hansel y Gretel, escucharon hablar a sus padres;
-Debemos dejar a los chicos en la calle- dijo la madre que, en realidad, era la madrastra.
-Sé que ya no tenemos plata- dijo el padre- ¡pero son mis hijos!
En ese momento Gretel se quedó dormida, con lágrimas en su cara, pero Hansel siguió escuchando la conversación.
Al día siguiente, llevaron a los chicos a la avenida principal, donde había muchos autos y negocios.
-Nosotros vamos a comprar a la tienda de la otra calle, ustedes esperen acá- dijo el padre con tristeza.
Pero los chicos sabían lo que estaba pasando. Como conocían el camino hacia su casa, regresaron.
-¡Te dije que había que llevarlos más lejos!-dijo la madrastra.
Al otro día dejaron a Hansel y Gretel en una calle que no conocían.
-Más tarde volvemos. Les mintió el padre.
Los chicos, aunque sabían que no iban a volver, los esperaron. Al final empezaron a caminar hasta que llegaron a un lugar donde no había nada. Sólo vieron, a lo lejos, una casita. Se acercaron a ella…¡estaba hecha de chocolate!
Entraron y vieron a una mujer joven cocinando.
- ¡Hola, niños!-dijo.
- Mmmm…¡Hola!
- ¡Coman, coman!
Los chicos comieron un poco de la ventana y del techo, y como la joven era tan amable, le preguntaron si podían quedarse a vivir con ella.
Respondió que sí, muy feliz. Los cuidó y alimentó como si fueran sus hijos.
Y así se formó una hermosa familia.

Zoe